En los últimos meses el desplome de los precios del petróleo, la caída de la economía (de la que los analistas aún no atinan a determinar cuántos puntos del Producto Interno Bruto decrecerá el país) y, consecuentemente, la baja de la recaudación de impuestos y derechos ha ocasionado que disminuya la bolsa de las participaciones federales a repartir entre entidades federativas y municipios.
Un derrumbe de las participaciones federales significa problemas para la salud financiera de entidades federativas y municipios porque, de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación, en la cuenta pública del 2017 los ingresos de 23 entidades federativas del país dependían de las participaciones federales: entre 30 y 47.1 por ciento, y un escenario similar se presenta para los municipios del país.
Para mitigar la disminución de participaciones, el Sistema Nacional de Coordinación Fiscal prevé un mecanismo llamado Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF), normado en la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y su reglamento, que permite al gobierno federal cubrir las diferencias entre las participaciones en ingresos federales que derivan del comportamiento real de la actividad económica y las presupuestadas al inicio del año, asegurando que tales ingresos no afecten a las entidades federativas, a pesar de que exista una disminución en la recaudación federal participable.
Así, para ayudar financieramente a los gobiernos locales, el 7 de agosto del presente año se publicó en el Diario Oficial de la Federación el acuerdo por el que se modificaron las reglas de operación del FEIF, a efecto de que la transferencia de estos recursos dejara de ser trimestral –como había sido desde su creación en el año 2006– y ahora fuera mensual.
De este modo, al cierre de este mes, según informa la propia Secretaría de Hacienda y Crédito Público, se transfirieron a entidades federativas 13 mil millones de pesos, de los cuales 20 por ciento corresponden a municipios.
Desde mi personal perspectiva, esta es una oportunidad para que los estados y municipios moneticen una prerrogativa de ley, como lo es el FEIEF, sobre todo porque ahora, con la disposición de recursos mensuales, podrán mejorar la planeación del ejercicio del gasto, establecer una programación certera para el cumplimiento de sus obligaciones, dar certidumbre al financiamiento de obras, acciones y proyectos y, también, garantizar un flujo de recursos de libre disposición para que reactiven la economía en sus jurisdicciones. Si bien hay temas que pudieran cuestionarse en cuanto al desempeño económico y hacendario federal, esta acción para apoyar a municipios es oportuna, se operó con rapidez, es bien vista y sentida en las arcas de los municipios y, desde luego, atiende las voces legítimas de los gobierno locales por ser escuchados y tomados en cuenta en las decisiones de política hacendaria nacional.