Cuando hablamos de finanzas en general, nos referimos al área de la economía que estudia el funcionamiento de los mercados, las transacciones y administración de dinero y bienes, las instituciones que operan en ellos, las políticas de captación de recursos, el valor del dinero en el tiempo y el coste del capital.
Las finanzas tienen como objetivo principal TAL y existen diversos tipos de ellas: públicas (de las que hemos hablado en post anteriores), privadas y personales. Las privadas son las finanzas de empresas e instituciones que no pertenecen al sector público; mientras que las personales se refieren al manejo y administración de dinero y bienes de un individuo o familia.
Las finanzas personales nos permiten tener una mejor administración y distribución de todo nuestro capital: ingresos, gastos, bienes materiales, fondos de ahorro, fondos de inversión, seguros, créditos, etcétera. Es probable que conozcas bien el monto de ingresos y que tengas idea que los gastos que tienes para este mes o quincena, sin embargo, es recomendable realizar una clara planeación financiera para evitar fugas de dinero y hacerlo rendir al máximo. Además de asegurar una suma de ahorro para tener un soporte económico extra ante cualquier imprevisto.
No tiene que ver con tu nivel de ingresos ni gastos, en realidad, tenemos contacto con el dinero día a día y, si bien hay cosas más valiosas como el amor, la salud o la familia, en muchas ocasiones puede representar el valor monetario de nuestros sueños o proyectos a futuro.
Tener malas finanzas no depende de lo que ganes, sino de no tener un presupuesto establecido, es decir, que se precisa ser consciente de lo que recibimos para determinar cómo o en qué lo invertimos.