El poder financiero, ¿qué es y cuáles son sus elementos?

Una de las características tradicionales de la soberanía es el establecimiento de los tributos, tema que desarrollaré en este post para ahondar en el concepto de poder financiero y explicar su evolución histórica.

Ya desde la creación de las primeras instituciones de gobierno, conocidas como asambleas medievales, se realizaban reuniones para discutir asuntos públicos con la finalidad de estudiar y aprobar peticiones de los monarcas, su concesión estaba condicionada a la explicación sobre las actividades que iban a financiarse con los medios solicitados.

Lo anterior refiere al poder financiero como el conjunto de personas, instituciones, e instrumentos que permiten llevar a cabo las funciones de los sistemas económico, es decir, el poder para regular el ingreso y el gasto público, aprobar presupuestos y ordenar los recursos económicos necesarios para sufragarlo.

Anteriormente, este poder residía en el príncipe o monarca, que tenía entre sus facultades los “atributos de soberanía”, estos en principio se instruían personalmente al príncipe, es decir, el tributo se le daba directamente. Sin embargo, el concepto ha evolucionado y, en la actualidad, la soberanía no reside en una sola persona, sino directamente en el poder legislativo (en materia financiera), por ello, se considera el ‘as’ de competencias constitucionales y potestades administrativas de que gozan los entes públicos territoriales, representativos de intereses primarios, para establecer un sistema de ingresos y gastos.

Se ha reconocido progresivamente la heterogeneidad del contenido del poder financiero, como conjunto de competencias y potestades proyectadas sobre la actividad financiera o sobre la Hacienda Pública. En definitiva, el poder financiero no puede concebirse en la actualidad como una categoría unitaria derivada de la soberanía, sino como una fórmula abreviada para designar las competencias en materia hacendística.