Mucho se escucha sobre la resiliencia, pero decir que una persona es resiliente, es más que referirse a alguien capaz de hacer frente a las adversidades de la vida, es alguien que mantiene hábitos de salud mental, emocional y físicos, una persona comprometida consigo misma y con la vida, siendo consciente de que ésta no es un camino lineal y en la travesía habrá subidas y bajadas; alegría y pena y, cuando ésta llegue sabrá cómo abrazarla y llorarla para luego ponerse de pie y seguir adelante.
Hay situaciones que pueden ser potencialmente traumáticas: una enfermedad, una ruptura de pareja particularmente dolorosa, la muerte de un ser querido, el fracaso de un sueño largamente anhelado, problemas económicos, etcétera, no sólo se trata de afrontarlas como crisis, sino saber también que salir fortalecidos de ellas.
Literalmente hay circunstancias que ponen a prueba nuestra voluntad y fortaleza. En ese punto podemos elegir vencernos y sentirnos totalmente derrotados, o bien, levantar el rostro y aceptar para transformar la experiencia a través de la resiliencia.
¿Cuáles son las cualidades de una persona resiliente?
Si te preguntas quién puede ser resiliente, la respuesta es: TODOS. Los seres humanos nacimos con la capacidad, sin embargo, no siempre somos conscientes de ella.
La resiliencia implica reestructurar nuestros recursos psicológicos a partir de nuevas circunstancias y necesidades. Quizás por eso quienes han desarrollado esta capacidad, no sólo son capaces de sobreponerse a las adversidades que les ha tocado vivir, sino que parecen ir un paso adelante. Las personas resiliente no nacen, se hacen.
Para llegar a serlo es necesario un trabajo de consciencia profunda y comenzar a entrenar nuestra mente, corazón y espíritu. Podemos empezar por decirnos que la vida no es dura, sino que existen en ella momentos difíciles, pues después de la tormenta, siempre llega la calma.
HÁBITOS PARA
EJERCITAR LA RESILIENCIA
1. Se conscientes de tu potencial y limitaciones
El autoconocimiento es el arma más poderosa que una persona puede tener para hacer frente a los retos, las personas resilientes saben usarla a su favor. Conocer tus principales fortalezas y debilidades, te permitirá tener metas más objetivas que no solo tengan en cuenta necesidades y sueños, sino también los recursos de los que dispones para conseguirlas
3. Asume la dificultad como oportunidad de aprendizaje
Lo dicen los especialistas, las crisis son duras, pero son también una oportunidad para la transformación y la llegada a nuevas metas por nuevos caminos. Las crisis te permiten aprender y crecer. Debes saber que no hay mal que dure cien años, esos momentos no serán eternos y tu futuro dependerá de la manera en que reacciones ante el presente
2. Se creativo
No te limites a pegar los pedazos ratos, mejor arma una pieza diferente con ellos. Necesitas ser consciente que todo cambia y algunas cosas no volverán a ser como fueron. Transforma tu experiencia dolorosa en algo bello o útil.
4. Confían en tus capacidades
A veces resulta difícil confiar cuando se enfrentan situaciones graves, pero a pesar de lo que ocurra, no debes olvidar tus objetivos en la vida y aferrarte a ellos sabiendo que no obstante a las circunstancias, vas a salir de esto y vas a lograr lo que deseas. No te encierres en ti mismo, reconoce que a veces necesitas ayuda y si es así, pídela a tus seres cercanos queridos.