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Los mensajes y el lenguaje de la rendición de cuentas

En apego a la Ley de Fiscalización Superior local, en días pasados el gobierno del Estado de México entregó la cuenta pública del ejercicio fiscal 2019 a la Legislatura estatal, situación que año con año acontece como una sencilla ceremonia burocrática y que merece algunas notas periodísticas en medios de comunicación. Pero el hecho de que el gobierno estatal entregue en tiempo y forma –con los requisitos legales previstos en la legislación– el informe de lo realizado con el dinero público en un ejercicio fiscal resulta más que un mero acto administrativo, ya que, en sí mismo, es la esencia de la rendición de cuentas y el insumo indispensable para la fiscalización. 

Por ello, en esta columna disgregaré, en términos sencillos, algunos aspectos relevantes de las cuentas que en México y el Estado de México se presentan a los ciudadanos, con el ánimo de aportar ideas para que las autoridades difundan de mejor forma sus resultados, porque –como se verá– navegar en las arenas del informe de cuenta pública –la del Estado de México y, en general, la de cualquier entidad federativa en el país– resulta difícil. 

El concepto de la rendición de cuentas

Cejudo y Ríos definen a la rendición de cuentas como “un proceso proactivo por medio del cual los servidores públicos, informan, explican y justifican sus planes de acción, su desempeño y sus logros y se sujetan a las sanciones y recompensas correspondientes”. Es “una relación entre dos actores (‘A’ y ‘B’), en la que ‘A’ está formalmente obligado a informar, explicar y justificar su conducta a ‘B’. En esta relación, ‘B’ tiene la facultad de examinar la conducta de ‘A’ y cuenta con instrumentos para vigilarlo e incidir en su comportamiento –vía sanciones o incentivos-.” Evidentemente, en esta idea, ‘A’ es el Poder Ejecutivo o, en general, cualquier entidad pública que ejerce recursos, y ‘B’ es el Poder Legislativo. 

Tomando como referencia los conceptos de Roberto Salcedo Aquino, el ciclo de la rendición de cuentas y la fiscalización inicia cuando el mandante –es decir, los representantes del pueblo, o sea la Cámara de Diputados– aprueba el mandato –el presupuesto de egresos–; la segunda fase del ciclo la constituye la ejecución del mandatario –el Poder Ejecutivo– al realizar el mandato, el cual establece lo que hay que hacer con los recursos que se asignan para cumplir con los objetivos de planes y programas de gobierno. Y en la última fase del ciclo encontramos al mandatario rindiendo cuentas sobre el ejercicio y resultados del mandato, y sometiéndose a la fiscalización superior.

En esta idea, una vez que el órgano técnico del Poder Legislativo –el fiscalizador o la auditoría– ha terminado de revisar la cuenta pública y entrega su informe del resultado de la fiscalización superior de la cuenta pública, el mandante tiene los elementos necesarios para retroalimentar el nuevo mandato y para que pueda emitir un dictamen sobre la ejecución del mandatario. Y este dictamen es, precisamente, la calificación de la cuenta pública. 

Como se puede apreciar, la idea principal es que la división de poderes suponga contrapesos en el ejercicio del poder público y que, además, la revisión del ejercicio de recursos y los resultados obtenidos con un presupuesto sirvan para que, en una próxima asignación de recursos, se identifiquen aquellos programas e instituciones que estén dando buenos resultados, y se valore modificar o eliminar las acciones que no generen un valor público a la ciudadanía. Y si en esta revisión se detectan delitos o faltas administrativas graves por parte de quienes administraron el erario, se les sancionen con rigor los delitos determinados. 

La normativa de la cuenta pública en el Estado de México

La Ley Superior de Fiscalización del Estado de México establece que la cuenta pública del gobierno estatal se deberá entregar a la Legislatura a más tardar el 30 de abril de cada año. Debe concentrar, según la Ley General de Contabilidad Gubernamental y el Código Financiero del Estado de México y Municipios, información contable, presupuestaria y programática, incluyendo indicadores para determinar cumplimiento de metas y objetivos de programas. Este compilado de información considera no sólo al Poder Ejecutivo (dependencias y organismos auxiliares), al Legislativo y al Judicial, sino también a los organismos autónomos estatales, como el Instituto Electoral, el Tribunal Electoral, la Universidad Autónoma, el Instituto de Transparencia, la Fiscalía General de Justicia, la Comisión de Derechos Humanos y el Tribunal de Justicia Administrativa.

Lectura maratónica y compleja

En total, la cuenta pública estatal se compone de 13 tomos. Si sumamos las cuartillas de su contenido, la cantidad total alcanza una exorbitante cifra: 9 mil 905 hojas, es decir, que una persona requeriría leer en promedio 27 fojas diarias los 365 días del año para completar la lectura de la rendición de cuentas básica del Estado de México, ello sin considerar a los municipios, cuyas cuentas públicas son individuales y se multiplican por tres o cuatro, según el número de organismos descentralizados que exista en cada uno de los 125 municipios. 

Más aún, la correcta lectura e interpretación de los textos, gráficas, tablas y cuadros implica contar con conocimientos básicos y hasta avanzados en distintas materias hacendarias, como la contable, económica, financiera, fiscal, administrativa y jurídica, entre otras. Difícilmente una sola persona, especialista en alguna de las áreas descritas, podría comprender al cien por ciento lo expresado por las entidades gubernamentales en la cuenta pública. Así, si para los conocedores del tema es complicado hallar información específica en el mar de datos que concentra el informe y entender el total de lo expresado en el documento, considero que para el ciudadano será más complejo aún.

Actualmente, los artículos 52, 53, 54 y 55 de la Ley General de Contabilidad Gubernamental establecen el contenido de las cuentas públicas para los ámbitos de gobierno, pero no estipulan alguna previsión sobre el lenguaje ciudadano, lo que sí expresa el artículo 62, al hacer referencia a la “Información Financiera Relativa a la Elaboración de las Iniciativas de Ley de Ingresos y los Proyectos de Presupuesto de Egresos”, que a la letra dice: “Los entes públicos elaborarán y difundirán en sus respectivas páginas de Internet documentos dirigidos a la ciudadanía que expliquen, de manera sencilla y en formatos accesibles, el contenido de la información financiera”.

Como está mandado en ley, la cuenta pública, lejos de constituir el insumo primordial para que la sociedad exija mayores explicaciones y justificaciones sobre el ejercicio del erario, resulta un documento público de consulta, pero de difícil acceso para la generalidad y, por tanto, de escasa utilidad para la discusión de los problemas colectivos. 

La sencillez y el lenguaje ciudadano

Transparencia y rendición de cuentas son conceptos distintos y, a la vez, concomitantes o paralelos con senderos que los acercan y traslapan muy frecuentemente. Rendir cuentas es una obligación de ley, pero hacerlo en términos de lenguaje ciudadano, sencillo y claro, sería una herramienta provechosa y benéfica tanto para la autoridad como para la sociedad en su conjunto. Así, del mismo modo que el gobierno estatal y otras entidades federativas publican en sus sitios web folletos de “Presupuestos ciudadanos” –estructurados con sencillez y lenguaje común–, de esa misma forma sería útil que se difundiera el cómo se ejecutó y gastó ese presupuesto, sus principales programas implementados y los resultados alcanzados, en términos de cantidad y cualidad; más todavía: urge –a mi parecer– una reforma legal de carácter general que conmine a las autoridades hacendarias federales, estatales y municipales a elaborar y difundir sus cuentas con un enfoque de resultados, mediante esquemas y conceptos fáciles de asimilar para cualquier interesado. 

 

Algunos resultados generales de la cuenta pública del Estado de México 2019

  • En 2019 los ingresos totales ascendieron a 326 mil 923 millones de pesos, cantidad superior a la prevista en 12.3 por ciento. Del total de ingresos, los derivados del Sistema Nacional de Coordinación Fiscal, es decir, las transferencias del gobierno federal, significaron una recaudación de 218 mil 460 millones o, lo que es lo mismo, 66.8 por ciento del total obtenido. 
  • Los egresos fueron de 318 mil 838 millones de pesos, de los cuales se destinaron 174 mil 808 millones de pesos para el Pilar Social y 28 mil millones de pesos al de Seguridad. 
  • En términos administrativos, el Poder Ejecutivo y los organismos autónomos ejercieron 98.4 por ciento y los Poderes Legislativo y Judicial, el restante 1.6.
  • Los Poderes Legislativo y Judicial ejercieron en su conjunto 4 mil 986 millones de pesos, correspondiendo 1 mil 509 millones de pesos al Poder Legislativo y 3 mil 477 millones al Poder Judicial.
  • Del total del gasto del Poder Ejecutivo, que fue de 311 mil 16 millones de pesos, los servicios personales representaron 37 por ciento, destinándose principalmente al magisterio, a salud y a seguridad pública; la inversión pública, 9.6 por ciento; las participaciones, aportaciones y apoyos a municipios, 15.1 por ciento; el gasto operativo, 16.9 por ciento y el costo financiero de la deuda, 1.4 por ciento.
  • El gasto en servicios personales, que contabilizó 117 mil 453 millones de pesos, destinó 68.2 por ciento al sector educativo; 17.4 por ciento al sector salud; 8.2 por ciento a la seguridad pública y procuración de justicia, y 6.2 por ciento al resto de los sectores.
 

Mayor información y análisis particulares 

Si es del interés público obtener información específica de un tema incluido en la cuenta pública estatal 2019, no olvide que tiene derecho a solicitar mayores datos en la dependencia u organismos del sector y éste estará obligado a proporcionarla. Así mismo, si es su deseo que, mediante esta columna, se detalle algún tópico en particular de la cuenta pública del Estado de México, puede contactarnos por el blog y procuraremos realizar un análisis concreto y explicarlo con un lenguaje común, accesible y contextualizado. 

Referencias: 

  • Cejudo y Ríos (2010). «La rendición de cuentas de los gobiernos estatales en México», en La estructura de la rendición de cuentas en México, Universidad Nacional Autónoma de México y Centro de Investigación y Docencia Económicas.
  • Salcedo, Roberto. (2012).  «Auditorías de Desempeño», en Revista técnica sobre rendición de cuentas y fiscalización superior, año 2, núm. 2. Recuperado de http://www.asf.gob.mx/uploads/61_Publicaciones_tecnicas/Revista_Tecnica_2.pdf

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Acerca del autor

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Soy un hombre comprometido con mi país y su gente, me considero una persona de objetivos y resultados. He dedicado gran parte de mi vida a proteger sus recursos naturales. Amante del esquí acuático. Devoto de mi familia.